Bajo la lluvia
la conversación hubiera sido más transparente,
casi nunca hay malentendidos
cuando se habla claro.
Pero Juan siempre fue así
y vos, Clara, nunca lo quisiste cortar
un poco por sentirte débil,
otro porque lo amabas demasiado.
Y él jamás hizo nada para arreglarlo.
Finalmente, así quedó todo,
vos bajo la lluvia sin paraguas
y mientras el agua caía,
miles de palabras por decir resonaban en tu mente.
Él, mientras tanto,
subiendo al auto sin esperarte,
con mucho por escuchar.
Tanto por decirse les quedó aquel día
que al final
no se dijeron más nada,
solo quedó esa imagen,
de absoluta catástrofe entre ambos.
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