"Matar a un niño"
"Matar a un niño" es un cuento de Stig Dagerman en el que el narrador va contando los hechos que acontecen antes de que un hombre mate a un niño. Pero lo hace mediante anacronías, más específicamente con prolepsis, es decir, adelanta lo que va a acontecer en el relato con saltos hacia el futuro. Por ejemplo: "Es la
mañana agradable de un día aciago, porque este día, en el tercer pueblo, un
hombre feliz matará a un niño. Sin embargo, el niño todavía está sentado en el
suelo abrochándose la camisa". Además, el título ya adelanta lo que va a ocurrir en la historia.
En lo que respecta a la duración del relato, es un resumen o sumario, porque condensa un período largo de tiempo en uno breve y la historia avanza con velocidad. También aparecen pausas descriptivas dentro del relato, los hechos se detienen y se describe algo. Ejemplo: "Las tazas
de café, el pan, la crema y las moscas, todo tiene su lugar en la mesa. Sólo
falta el azúcar".
El relato es repetitivo porque reiteradas veces dice "El hombre que matará al niño...". También, es singulativo porque todo lo demás que acontece en la historia es contado una sola vez.
La focalización del relato es externa porque el agente que percibe está situado fuera de los hechos. Y es una focalización cero ya que el narrador sabe más que el personaje.
La historia superficial, trata de un hombre que está en camino hacia la costa con su mujer, es un viaje tranquilo y normal como cualquiera. Mientras termina de cargar nafta, le saca una foto a su esposa, y en ese mismo momento, pero en una casa sobre los campos en el valle, una familia está desayunando para luego navegar en bote por el riachuelo. La madre de la familia, se da cuenta que no tiene azúcar, asique el hijo debe ir a buscar a lo de los vecinos. Cuando este fue a cruzar el camino, sucedió lo peor, el hombre que iba camino a la costa, atropelló y mató al joven que venía con unos terrones de azúcar en sus manos.
En cuanto a la historia profunda, queda por saber quién fue el culpable del acto. Si venía distraído el hombre, el chico, o tal vez ambos. Tampoco se sabe exactamente que pasó luego de ese momento porque no menciona el encuentro que, seguramente se dio, entre el hombre y los padres del niño que quedó boca a abajo en medio del camino.
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